CUÁNDO SUSTITUIR EL CASCO

Por desgracia, un casco de bicicleta no puede utilizarse indefinidamente. Los fabricantes suelen especificar un plazo determinado que no debe sobrepasarse en lo que respecta a la vida útil del casco. La frecuencia y las condiciones de uso del casco también desempeñan un papel decisivo. 

Como regla general, un casco de bicicleta debe sustituirse aproximadamente cada tres o cinco años, por mucho que se haya usado. Esto se debe al desgaste natural del material, que, por supuesto, es menor en los cascos de mayor calidad, aunque estén sometidos a un mayor esfuerzo.

Mientras que las almohadillas de los cascos se ven menos afectadas por el paso del tiempo, las calotas interior y exterior del casco sí que pueden verse afectadas. El agua (por ejemplo, la lluvia) y la radiación UV pueden hacer que pierdan su función protectora con el paso del tiempo, y su efecto amortiguador también disminuye. 

Por supuesto, depende de varios factores que determinan el momento exacto en que debes sustituir tu casco de ciclista. Cuanto más a menudo lo utilices, antes deberás sustituirlo. Además, si sueles circular por senderos en lugar de por zonas urbanas, tu casco estará más expuesto al desgaste y deberás sustituirlo por un modelo nuevo con mayor frecuencia.

Existe una normativa europea para cascos de bicicleta, monopatín y patines (EN 1078) que establece medidas generales, principalmente para su diseño. Esto significa que esta regla define directrices para la protección contra impactos, pero también el campo de visión necesario de un casco y su fijación. 

Esta es una de las razones por las que el precio de un casco no indica necesariamente que sea de alta calidad, especialmente seguro o duradero. Por regla general, el sobreprecio puede atribuirse a la marca o a una característica especial del casco de bicicleta, por ejemplo, una aerodinámica especial para fines específicos. 

Por lo tanto, la elección del casco adecuado depende, por un lado, del uso que se le quiera dar y, por otro, de la elección de tener características adicionales. El casco XLC BH-C33, por ejemplo, tiene todas las características que hacen de él un buen casco de ciclista y que sin duda debes tener en cuenta a la hora de elegir un casco:

Es bien sabido que un casco puede evitar graves lesiones internas y externas en la cabeza. Debido a la extrema tensión que se produce en tal caso, el casco debe ser sustituido después de un accidente. 

Aunque a primera vista parezca que el casco no ha sufrido daños, la calota interior pierde su función protectora tras un impacto. Los daños no siempre son visibles a simple vista.

Un almacenamiento adecuado puede ser el primer paso para hacer algo bueno por tu casco. Guárdalo en un lugar seco y fresco, ya que las altas temperaturas, la radiación UV y la humedad pueden dañar el material con el tiempo. ¿Qué tal un lugar específico en tu garaje?  

Aunque una bolsa o funda para tu casco de ciclista es práctica, no es un lugar adecuado para guardarlo durante largos periodos de tiempo. Durante el uso, el acolchado interior absorbe sudor que se evapora. Esta humedad puede dañar el material del casco. Por lo tanto, después de montar en bicicleta, debe airear el casco y dejar que se seque antes de guardarlo para prolongar su durabilidad. 

Además del sudor, otras suciedades también pueden afectar a la vida útil del casco.  Por este motivo, es esencial limpiarlo con regularidad. Un paño húmedo suele ser suficiente, ya que los productos de limpieza pueden dañar el material de tu casco de ciclista. 

Nunca sumerjas el casco en agua. La suciedad persistente puede eliminarse con un detergente suave, pero lo mismo se aplica en este caso: Menos es más.

Para encontrar el casco adecuado a tus necesidades, hay que tener en cuenta algunas cosas. Al fin y al cabo, existe una enorme variedad de modelos, tallas y materiales especiales que hacen del casco para bicicleta el compañero perfecto. 

Lo primero que debes tener en cuenta es la talla y el ajuste correctos del casco. El casco se ajusta correctamente si se coloca recto sobre la cabeza desde arriba y no aprieta demasiado, pero tampoco se mueve. Las correas en Y deben ajustarse de modo que tus orejas queden al descubierto. 

Debe haber un sistema en la parte posterior del casco que te permita ajustarlo al tamaño de tu cabeza. Debes poder accionarlo con una sola mano. Otra cosa importante es el flujo de aire de tu casco. Asegúrate de que dispone de orificios de ventilación o un sistema similar para que mantengas la cabeza fresca durante cada trayecto y no te sobrecalientes.

Si llevas gafas, es importante que las lleves contigo y te las pongas cuando elijas un nuevo casco para bicicleta. De lo contrario, las patillas pueden resultar incómodas y perjudicar tu experiencia de conducción. 

Existen gafas específicas para ciclismo .También se pueden llevar sin cristales si te sientes cómodo llevando lentes de contacto. 

Otra opción es un casco con visera. Sirve para protegerte de insectos y pequeños objetos que podrían volar hacia ti mientras conduce. 

 También aleja de tu cara el desagradable viento. 

En definitiva, hay algunas cosas que hay que tener en cuenta cuando se trata de la durabilidad de un casco de bicicleta. Acontecimientos como accidentes o influencias ambientales extremas sobre tu casco deberían llevarte definitivamente a comprar uno nuevo. Sin embargo, si lo cuidas bien, podrás prolongar su vida útil. Y si decides cambiar tu casco de ciclista, te damos algunos consejos y trucos para encontrar el más adecuado.